3 de febrero de 2018

La compasión de Cristo


Mc 6,30-34

En aquel tiempo, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco’. Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”.

COMENTARIO

Recoger los frutos

Los apóstoles debían estar muy contentos. Habían cumplido con la misión que les había encomendado el Maestro y, al volver de la misma, habían dado cuenta del cumplimiento de la misma. Y Jesús, también seguramente, debió de sentirse satisfecho de ver que, poco a poco, la Buena Noticia llegaba al corazón de muchos.

El descanso del obrero de la mies de Dios

Pero Jesús sabe que aquellos hombres, seguramente sorprendidos de que su misión se hubiera cumplido de una forma tan provechosa, necesitan descanso. Por eso Jesús los aparta, al menos eso es lo que pretende, del mundanal ruido. Sin embargo las cosa son como Él quiere que sean.


La compasión de Cristo

El inmenso Amor de Jesús por sus hermanos los hombres le hace cumplir su misión predicadora y curativa sin tener en cuenta su propio cansancio. Sabe perfectamente que aquellas personas que lo buscan de verdad lo necesitan y los ve, en efecto, perdidos en un mundo que no los comprende ni los ama.


JESÚS, ayúdanos a buscarte como aquellos que, yendo tras de Ti, buscaban tu consuelo.


Eleuterio Fernández Guzmán

2 de febrero de 2018

Y Cristo fue presentado


Lc 2, 22-35.39-40

“22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, consagrado al Señor = 24 y para ofrecer en sacrificio = un par de tórtolas o dos pichones =, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 ‘Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.’ 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: ‘Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - 35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.’"

39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.”

COMENTARIO

Cumpliendo con la ley establecida, María y José llevan a Jesús al Templo para ofrecérselo a Dios. Y, para recuperarlo para sí, ofrecen el sacrificio que los pobres podían ofrecer.

Simeón es un anciano que ha entregado a Dios su vida. Espera, porque lo sabe, que la salvación de Israel llegue al mundo. Por eso, cuando se da cuenta de que aquel niño es Quien iba a venir para salvación del hombre, se alegra y goza con aquel momento.

Nos dice el texto de San Lucas que aquel Niño, Dios hecho hombre, con sus padres, creció en sabiduría. Y no nos extraña nada que la gracia de Dios estuviera con Él porque era Dios hecho hombre.


JESÚS, gracias por haber saber cumplido tu misión desde bien temprana edad.

Eleuterio Fernández Guzmán


1 de febrero de 2018

Enviados a transmitir la Buena Noticia



Jueves, 5 de febrero de 2018

Mc 6, 7-13
En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: ‘Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas’. Y les dijo: ‘Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos’. Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban”.

COMENTARIO

Hay muchos momentos de la vida de Cristo y de sus apóstoles que no conocemos. Por eso muchas veces nos imaginamos que siempre estaban juntos. Sin embargo este texto nos muestra que, en determinado momento, envió a los Doce a predicar la Palabra de Dios.

Jesús no los envía de cualquier forma. En primer lugar, los envía con unas instrucciones muy concretas: no deben llevar más de lo necesario porque Dios sabe que  sus trabajadores no les puede faltar el sustento y ha de proveer sus necesidades.

Pero hace, también otra cosa: les transmite, les otorga, les dona, una serie de poderes propios del Creador y de todo su poder. Por eso tendrán poder sobres los demonios y se les provee del don de curar, de la curación de los padecimientos físicos.


JESÚS, ayúdanos ser tus enviados ahora mismo, en este siglo nuestro.


Eleuterio Fernández Guzmán

31 de enero de 2018

Predicar y no ser aceptado

Mc 6, 1-6

“Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: '¿De dónde le viene estos? Y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos?
3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?' Y se escandalizaban a causa de él.
4 Jesús les dijo: 'Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio'. 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.”


COMENTARIO

Pudiera dar la impresión de que Jesucristo, cuando acude a su pueblo para predicar no es escuchado porque sus vecinos, que lo conocían, no podían creer que uno de los suyos fuera un gran maestro. Y no le tenían fe.

Eso lo sabe el Hijo de  Dios. Es más, aquellos que lo conocen saben de quién es hijo e, incluso, hablan de otros que son pariente suyos. Y es que creen conocerlo bien aunque, en realidad, poco sabían de Aquel que había venido al mundo a salvar al mundo.

El Maestro, de todas formas, no rehuye ayudar a los que necesitan ayuda. Por eso nos dice San Marcos que, aunque no hizo milagro alguno sí cura a los que han necesidad de curación porque sabía que no merecían desprecio aquellos que lo necesitaban.


JESÚS, ayúdanos a creer en Ti siempre.

Eleuterio Fernández Guzmán


30 de enero de 2018

El poder sanador de Cristo



Mc 5, 22-24.35-43

"22 Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae
a sus pies, 23 y le suplica con insistencia diciendo: 'Mi hija está a punto de
morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva.'
24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: 'Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?' 36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: 'No temas; solamente ten fe.' 37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos. 39 Entra y les dice: '¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.'» 40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña.
41 Y tomando la mano de la niña, le dice: 'Talitá kum', que quiere decir: 'Muchacha, a ti te digo, levántate.' 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor.
43 Y les insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer."




COMENTARIO

No es poco cierto que la fama de santidad y de poder que había atesorado el Hijo de Dios llegaba a muchas partes. Por eso había quien se dirigía a Él porque tenía un problema muy grave. Y tal es el caso de Jairo.

Jairo, como es de suponer, quería mucho a su hija. Por eso acude al único que puede hacer algo por ella. Y es que suponemos que había estado en manos de los médicos y nada habían podido hacer por ella.

Jesús le dice a Jairo que tenga fe. Y, seguramente, eso es lo que manifestó en su corazón porque su hija volvió a la vida cuando ya estaba muerta. Y, en efecto, la fe la había salvado.


JESÚS, ayúdanos a tener fe, siempre, en Ti.

Eleuterio Fernández Guzmán


29 de enero de 2018

Los intereses del hombre



Mc 5,1-2.9-13.17.20


“1 Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. 2 Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo 9 Y le preguntó: ‘¿Cuál es tu nombre?’ Le contesta: ‘Mi nombre es Legión, porque somos muchos.’ 10 Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. 11 Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; 12 y le suplicaron: ‘Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.’ 13 Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar.

17 Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término.

20 Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús
había hecho con él, y todos quedaban maravillados.”


COMENTARIO

No podemos negar que nuestros intereses mundanos no suelen ser los que siempre nos convienen. Y el caso que hoy nos trae el Evangelio de San Marcos es síntoma de que las cosas no son como deberían ser.

A los propietarios de los cerdos les parecía de poca importancia que hubiera un hombre que tuviera un demonio dentro. Eso les traía sin cuidado. Ellos estaban más a sus intereses humanos y mundanos y preferían su poder económico antes que la curación de un enfermo que, a lo mejor, hasta había sido amigo suyo.

Jesús sabe, sin embargo, qué es lo que importa. Y, por tanto, le saca el demonio de dentro. No nos extraña, para nada, que unos, según eran, criticaran aquello y que el beneficiado por el amor de Jesucristo proclamara su gozo y su creencia en aquel Maestro que lo había curado.


JESÚS, ayúdanos a creer y a no poner nuestros egoístas intereses por encima del bien del prójimo.


Eleuterio Fernández Guzmán

28 de enero de 2018

La vieja-nueva doctrina de Cristo


Mc 1, 21-28


Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: ‘¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.’ Jesús, entonces, le conminó diciendo: ‘Cállate y sal de él.’ Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: ‘¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.’ Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea”.


COMENTARIO

Jesucristo enseña. Y, cuando lo hace, siempre que venga la cosa así, trata de demostrar, con ejemplos, cuál es el poder de Dios y qué puede hacer su Hijo con el mismo. Domina a los demonios porque, además, ellos sí saben quién es.

El espíritu le dice al Mesías si es que había venido a destruirlos. Y, en efecto, el Hijo de Dios había venido al mundo a destruir al mal y a vencerlo con el bien y el amor. Y eso, como era de esperar, iba a tener consecuencias para el Mal.

No extraña nada que la fama de Jesucristo se extendiera allá por donde podía llegar su nombre. En realidad, era lo que debía pasar cuando dominaba a los demonios de aquella forma tan poderosa. Y, sin embargo, no era una doctrina nueva sino la vieja doctrina y antigua doctrina de Dios que el pueblo había olvidado.

JESÚS, ayúdanos a no olvidar nunca tu santa doctrina.





Eleuterio Fernández Guzmán