31 de diciembre de 2018

Y la Palabra era Dios


Jn 1,1-18

"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 

Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. 

La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. 

Juan da testimonio de Él y clama: ‘Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo’. Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el  Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado."


COMENTARIO

“En el principio”. El evangelista más joven escribe, en este texto, el origen de todo. Todo se hizo por y para Cristo. Pero no sólo eso sino que el Hijo estaba presente antes de todo en el todo. Y lo estaba con Dios, frente al Creador.

Sin embargo, la luz vino al mundo. Pero muchos no quisieron recibirla porque les mostraba la realidad como tenía que ser y no como ellos querían que fuese. Pero a los que sí la reciben los hace hijos de Dios con todas sus consecuencias.

El Bautista también sabía de dónde, de qué momento, venía Cristo. Sabía que el Hijo de Dios estaba antes de todo. Por eso dio testimonio de tan gran verdad: de que sólo Cristo ha visto al Padre.


JESÚS, Tú has estado desde el principio de todo y desde entonces no nos has abandonad. Ayúdanos a tenerte siempre presente en nuestra vida.




Eleuterio Fernández Guzmán


30 de diciembre de 2018

En Casa de su Padre




Lc 2, 41-52

“41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 42 Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta 43 y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. 44 Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; 45 pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. 46 Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; 47 todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. 48 Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». 49 El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» 50 Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. 51 Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. 52 Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.”


COMENTARIO

Aquel Niño, ya no lo era de todas formas, tan niño, sabía que debía cumplir una misión muy importante en su vida. Y cuando acude al Templo, a los doce años, para cumplir también con lo que establece la ley espiritual del pueblo elegido por Dios, decide quedarse entre los doctores y maestros de la Ley. Y sus padres, ya podemos imaginar, se preocupan mucho cuando no lo ven en la caravana que regresa a Nazaret. Y lo buscan desesperadamente. Y, cuando lo encuentran, su Madre, María, le echa en cara que no debía hacer lo que había hecho con ellos. Pero Jesús, que era Dios hecho hombre, sabía más que bien dónde, entonces, debía estar. Y allí estaba, en la Casa de su Padre.


JESÚS,  gracias por estar donde debías estar en el momento oportuno.

Eleuterio Fernández Guzmán


29 de diciembre de 2018

El Templo, Cristo, Simeón


Lc 2, 22-45

“22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, 23 como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor 24 y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor. 25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. 26 Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, 28 le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: 29 «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; 30 porque han visto mis ojos tu salvación, 31 la que has preparado a la vista de todos los pueblos, 32 luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». 33 Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. 34 Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - 35 ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones». 36 Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido,
37 y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. 38 Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. 39 Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. 41 Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. 42 Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta 43 y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. 44 Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; 45 pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.”



COMENTARIO

Como era de precepto espiritual, los padres del Niño recién nacido lo llevan al Templo. Han de presentarlo al Señor para ofrecérselo como hijo suyo que era. Por eso acuden a Jerusalén cumpliendo con lo establecido. Y allí estaba Simeón, un anciano, un hombre justo que sabía que, en cualquier momento de su vida, iba a ver al Mesías. Y cuando lo ve no puede, ¡Que menos!, que dar las gracias a Dios y pedirle que se lo lleve junto a sí. Y a María le deja un aviso muy grave: va a sufrir mucho por aquel Niño que había sido enviado por Dios al mundo para que el mundo se salvase pero que también le iba a causar un gran dolor.


JESÚS, agradece a Simeón, de nuestra parte, su gran confianza en Dios.

Eleuterio Fernández Guzmán


28 de diciembre de 2018

Los primeros mártires


Mt 2, 13-18

Después que los magos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle’. Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: ‘De Egipto llamé a mi hijo’. 

Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: ‘Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen’”.


COMENTARIO

Cumple José, muchas veces, con aquello que le dicen de parte de Dios. Es decir, el Ángel del Señor hace de mensajero del Creador e indica al padre adoptivo de Jesús que ha de huir para que Herodes no lo mate.

Herodes se sentía acosado por aquel niño que decían sería Rey. Por eso, por egoísmo y por falta de humanidad, ordena matar a los niños pequeños de su reino. Y un tal comportamiento es propio de seres humanos que han perdido lo que de humano tenía su corazón.

Algo muy importante nos dice este texto evangélico. Se refiere, en dos ocasiones, en el hecho de que con lo que aquí se dice se cumplió aquello que estaba escrito. En realidad, nos habla del cumplimiento de la voluntad de Dios.



JESÚS, muchos hermanitos tuyos murieron por tu causa. Eran mártires antes de que tal palabra tuviera sentido para tus discípulos. Ayúdanos a no olvidar nunca la vida de aquellos que murieron por Ti.


Eleuterio Fernández Guzmán


27 de diciembre de 2018

Y Cristo resucitó




Jn 20,2-8

El primer día de la semana, María Magdalena fue corriendo a Simón Pedro y a donde estaba el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto’. Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó.”

COMENTARIO

María de Magdala había visto que el cuerpo de Jesús no estaba donde tenía que estar que era donde lo habían dejado. No es de extrañar que se sintiera confusa y acudiera donde estaban los discípulos más allegados de Jesús y dar aquella noticia.

De entre ellos dos fueron rápidos en la acción. Tanto Pedro como Juan corrieron raudos a ver lo que decía María Magdalena que había pasado. El estado de nervios de los dos apóstoles lo podemos imaginar y, sin embargo, no duraron en ir al sepulcro de Jesús.

Pedro, llamado Simón, es el mayor de los dos. Llegó más tarde que Juan, que era más joven, pero el discípulo amado de Jesús no quiso entrar dentro del sepulcro. Pedro sí lo hizo y comprobó que, en efecto, no esta el cuerpo de Jesús. Y luego entró Juan. Y dice el texto que creyó. Creyó en todo lo que había dicho el Maestro.


JESÚS,  tus discípulos acuden a tu sepulcro porque te quieren. Ayúdanos a no olvidar nunca que resucitaste y que lo hiciste para siempre.





Eleuterio Fernández Guzmán


26 de diciembre de 2018

Perseverar

Mt 10, 17-22


“Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. ‘Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.’”


COMENTARIO

Lo que dice Jesús en este texto del Evangelio de San Mateo no podemos negar que sea poca cosa. Y es que nos habla de lo que pasará con aquellos que quieran seguirle y ser sus discípulos. Humanamente nada bueno.

El futuro es terrible, si lo consideramos desde el punto de vista terreno. Serán entregados los que sigan a Cristo pero ellos tendrán defensa en el Espíritu Santo que hablará por ellos. Y deben dejarse conducir por Él.

Pero lo bueno, aquello que vale la pena, sirve para el bien del discípulo de Cristo. El odio hacia los que sigan a Cristo tendrá un gran don y un gran regalo de Dios: la salvación eterna. Para alcanzarla, sin embargo, hace falta perseverar en la fe y en la oración.

JESÚS, ayúdanos a perseverar en la fe y en la oración.


Eleuterio Fernández Guzmán


25 de diciembre de 2018

Hoy nace nuestro Salvador y nuestra salvación


Hoy nace Dios. Y lo hace en los corazones de sus hijos que tanto tiempo llevaban esperándolo.

Gracias al Todopoderoso, Padre de Jesucristo y Padre Nuestro, podemos salvarnos y vivir para siempre. Y gracias a un día como hoy todo es posible porque todo el Amor del Padre se ha visto colmado.

¡Alabado sea Dios que tanto nos ama!

¡Feliz Navidad!


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24 de diciembre de 2018

Noche Buena; ¡Viene Cristo!

Dios había de nacer en una Noche que debía ser Buena. Y Dios, nuestro Padre y el Suyo, quería que lo hiciese en un lugar pobre. Nosotros, en realidad, no sabemos del todo las razones de aquello pero estamos seguros que fue por nuestro bien, como hijos suyos que somos.


Noche Buena




¡Muy buena Noche Buena!

Eleuterio Fernández Guzmán 

23 de diciembre de 2018

Bendita María


Lc 1, 39-45


                      
“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.

COMENTARIO

Cuando aquella joven llamada María, que hacía bien poco le había dicho al Ángel Gabriel que sí, que aceptaba ser la esclava del Señor, acude al pueblo donde vive su prima Isabel, cumple con su misión de forma perfecta. Por eso, la esposa de Zacarías, que sabe más de lo que pudiera parecer, se alegra sobremanera cuando la ve llegar a su casa. Sabe que lleva en su seno al Mesías y se alegra de tal forma que la llama “Bendita entre las mujeres” o, lo que es lo mismo, la escogida por Dios para se su Madre. Y ella, que era la mujer más feliz del mundo, no pudo, ¡qué menos!, que ruborizarse. Y es que era tan niña...


JESÚS, gracias por haber escogido, desde la eternidad, a María.

Eleuterio Fernández Guzmán


22 de diciembre de 2018

Magnífica María



Lc 1, 46-56

46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor  47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador 48 porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre 50 y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. 52 Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. 53 A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. 54 Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia 55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». 56 María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.



COMENTARIO


No nos extraña nada de nada que, una joven como María, llena del Espíritu Santo porque lleva en su seno al mismo Dios que va a ser hombre, ante las palabras de su prima Isabel, pronuncie una de las oraciones mejores que puedan escucharse. Y es que en el Magnificat se recoge mucha de la que fe y la confianza que tenían aquella joven que había sí a Dios, a ser su Madre. Por eso ella, María, se queda los tres meses que le quedan, más o menos, a Isabel para traer al mundo al Precursor del Mesías. Y no podemos decir, ¡Qué menos!, sino que Dios supone elegir tanto a una como a otra para cumplir con su misión en la historia de la Salvación y ellas cumplieron a la perfección con la misma.


JESÚS, gracias por tu Madre María.

Eleuterio Fernández Guzmán


21 de diciembre de 2018

Bendita entre las mujeres


Lc 1, 39-45

En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’”.


COMENTARIO

Cuando el Ángel Gabriel deja a María ella sabe perfectamente lo que tiene que hacer. Una vez conoce que la Encarnación se ha producido en ella sabe que su prima Isabel, allí en Aim Karem, la necesita porque va a tener un hijo y es mujer de edad avanzada. Y acude donde está.

A Isabel le debió soplar al corazón el Espíritu Santo que su prima María venía y que lo hacía acompañada, en su vientre, nada más y nada menos que por el Hijo de Dios. Muy pocas personas sabían que eso era así

Isabel sabía mucho acerca de lo que iba, pronto, a pasar. Y es que era Voluntad de Dios que así fuera. Por eso estaba avisada, decimos, de que iban a producirse acontecimientos de una importancia tal que nunca iban a ser olvidados.


JESÚS, gracias  por tu Madre.


Eleuterio Fernández Guzmán

18 de diciembre de 2018

La fe de José


Mt 1,18-24

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.

Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados’. Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: ‘Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: ‘Dios con nosotros’’. Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer”.

COMENTARIO

San Mateo hace hincapié en algo muy importante: Jesús debía de tener un padre-hombre para que fuese reconocido como tal y evitar, así, los posibles problemas que podía tener María al decir que estaba embarazada. Es seguro que había sido lapidada.

Conocedor, como era, el Ángel, de lo que iba a pasar, le dice a José lo que ha de suceder, el nombre del niño que va a nacer, Jesús, apostillando, para demostrar lo que le decía, con las palabras del profeta Isaías (Isaías 7, 14) lo que acabó de convencer a José: Virgen, María, profeta, Emmnanuel-Dios con nosotros-… Todo era cierto, verdad.

La fe que tiene aquel hombre que, escuchando al enviado de Dios para consolar su corazón atribulado, no se le ocurre más que hacer lo que le dice quien era mensajero de Dios. A José otra cosa no se le pasa por la mente ni, por supuesto, por el corazón pues también debió consagrarse a Dios desde pequeño al igual que lo debió hacer la joven María, su esposa


JESÚS, tu padre adoptivo, José, el carpintero de Nazaret, tuvo una fe inquebrantable en Dios e hizo lo que dijo tu Ángel. Ayúdanos a ser fieles como el esposo de María, Madre de Dios y madre nuestra.


Eleuterio Fernández Guzmán


17 de diciembre de 2018

De quién viene Jesucristo

Mt 1,1-17

Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naassón, Naassón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. 
David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. 

Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.”


COMENTARIO

Podría pensarse que la relación de antepasados de Jesús tiene poca importancia. Sin embargo, es bien cierto que la intención del evangelista que fuera recaudador de impuestos es mostrarnos que el Hijo de Dios, Jesús, es Hombre. Es más, que es verdadero Hombre.

Jesús, pues, es hombre porque así lo quiso Dios. Y lo es con todas sus consecuencias: cosas buenas y malas que le pasan a lo largo de su vida mortal, situaciones por las que pasa todo ser humano que también le afectan. Así llora y ríe, sufre la pérdida de amigos como cualquier hijo de Dios.

Pero lo más importante es que este texto de san Mateo nos presenta al niño que pronto va a nacer y que tanto queremos que vuelva, otra vez, tras su partida a la Casa del Padre. Así, Jesús, quien tiene antecedentes muy humanos, es Dios hecho hombre. Y así nos lo recuerda aquel que lo dejó todo para, años después, seguirlo.


JESÚS, tienes antepasados como todos tenemos. Los tuyos, claro y por voluntad de Dios, son de linaje escogido por el Creador. Los hubo pecadores graves pero siempre atendiendo, en lo posible para ellos, a la voluntad de tu Padre. Ayúdanos a contemplar tu nueva venida con amor y esperanza.





Eleuterio Fernández Guzmán


16 de diciembre de 2018


Lo que dice el Bautista va al Cielo


 Lucas 3, 10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —‘¿Entonces, qué hacemos?’ Él contestó: —‘El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo’.

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: 

—‘Maestro, ¿qué hacemos nosotros?’ Él les contestó: —‘No exijáis más de lo establecido.’ Unos militares le preguntaron: —‘¿Qué hacemos nosotros?’ 
Él les contestó: —‘No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.’ El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: —‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.’ 

Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.


COMENTARIO

Es de creer que muchos de los que vivían en tiempo de Juan, llamado Bautista porque era la labor que llevaba a cabo en el río Jordán, estaban seguros de que aquel hombre enjuto y pobre era un profeta. Por eso acudían al río a ser bautizados y que cayera sobre ellos el perdón de los pecados. Por eso Juan instruía espiritualmente acerca de lo que le preguntaban y, además, avisaba de que no era él el Mesías sino que vendría Otro que bautizaría con Espíritu Santo y con fuego. Y tal era la cosa que él creía, estaba seguro de ello, no podía, siquiera, desatarle la correa de sus sandalias.

Decimos, por eso, que Juan el Bautista fue el Precursor del Hijo de Dios y que, así, anunciaba la Buena Noticia.

JESÚS, agradece a Juan, que está en el Cielo, lo que llevó a cabo mientras vivió en el mundo.

Eleuterio Fernández Guzmán

15 de diciembre de 2018

Juan vino y Cristo vino y permanece



Mt 17, 10-13

Sus discípulos le preguntaron: ‘¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?’ Respondió él: ‘Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.’ Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista.
       

COMENTARIO

Jesús sabe que aquellos que son doctores de la ley conocen muy bien lo que tenía que pasar cuando viniera el Mesías. Por eso preguntan los discípulos, le preguntan al Maestro, qué es lo que quieren decir los escribas cuando dicen que Elías tenía que venir primero.

En realidad, Elías, no en forma de carne sino en espíritu, había venido en la persona de Juan el Bautista. Eso no quisieron comprenderlo quienes debían haberlo comprendido y, por eso mismo, lo mataron.

Jesús, que sabe lo que ha de pasarle, pone sobre aviso a los que le escuchan porque es importante que así sea. Sabe que tiene que padecer un gran dolor antes de morir y, por eso mismo, no cesa de recomendar aquello que es importante.

JESÚS, conoces lo que ha de pasar y, por eso, avisas para que estemos preparados. Tu muerte será nuestra salvación pero, a veces, no hacemos mucho caso a lo que nos dices. Ayúdanos a tenerte siempre presente.




Eleuterio Fernández Guzmán


14 de diciembre de 2018

Saber lo que Cristo quiere de nosotros


Mt 11, 16-19


¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’.’Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene.’ Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores." Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras’”.

COMENTARIO

Jesús conocía el comportarse de su pueblo. A lo largo de los siglos habían recibido la inspiración de los profetas que Dios había suscitado entre ellos pero no los habían escuchado porque no decían lo que querían escuchar.

Sobre Juan, su introductor en el mundo y su Precursor, habían dicho y hecho lo mismo que otras tantas veces. Lo acusaban de todo lo acusable porque no les gustaba que les dijera que tenían que enderezar sus vidas. Y de aquello de tener que regalar una túnica si se tenían dos…

Pero sobre Jesús dicen, según Él mismo sabe y cuenta, peor aún: que se sienta con pecadores. De corazón duro aquel pueblo que no entendía, gran parte de él, que no necesitan médico los que están sanos sino, en todo caso, los enfermos. Y a ellos iba Jesús, médico del alma y, muchas veces, del cuerpo.


JESÚS, los que te persiguen no saben qué hacer para llevar a cabo su terrible misión. Ayúdanos a no ser, de una forma o de otra, como ellos.



Eleuterio Fernández Guzmán


13 de diciembre de 2018

Lo que estaba escrito se cumplió


Mt 11, 11-15



“’En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Pues todos los profetas, lo mismo que la Ley, hasta Juan profetizaron. Y, si queréis admitirlo, él es Elías, el que iba a venir. El que tenga oídos, que oiga.’”


COMENTARIO

Jesús tenía por su primo Juan, que le bautizó, un amor muy especial. No era, además, una persona cualquiera por quien sintiera cercanía por ser familiar suyo sino porque ocupaba un papel muy importante en el plan de Dios.

Juan vino al mundo porque estaba puesto por Dios para ser quien introdujera a su Hijo. Pero él, incluso aquella persona tan válida espiritualmente hablando era poco, pequeño, en el definitivo Reino de Dios. Diciendo eso ya nos avisa el Hijo del hombre de cuál ha de ser nuestro comportamiento.

El Reino de dios está dominado por el Príncipe de este mundo, llamado también Satanás, que controla los corazones de no pocos fieles, se supone, a Dios. Pero Juan vino porque los caminos hacia Dios tenían que ser enderezados. Y muchos no le escucharon.


JESÚS, lo que nos dices acerca de Juan, quien te bautizó en el Jordán, nos debería hacer pensar lo importante que es la fidelidad a Dios. Ayúdanos no caer en las trampas del mundo.


Eleuterio Fernández Guzmán




12 de diciembre de 2018

Mansedumbre y humildad



Mt 11, 28-30
En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: ‘Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera’”.

COMENTARIO

Dios nos quiere a todos

Jesús quiere acercar a todos a  Dios, su Padre y el nuestro. Busca a los que están cansados porque no tienen muchas expectativas de vida, a los pobres que se sienten desamparados y a todos los que, de una manera o de otra, sufren.

Mansedumbre

Jesús, como Maestro, enseña todo lo que es bueno y benéfico para nuestra existencia. Enseña, por ejemplo, a ser manso. Dice que seamos mansos como Él lo es. Y quiere que llevemos su carga como Él lleva la nuestra y que seamos, así, compañeros en el camino hacia el definitivo Reino de Dios.


Humildad

El Hijo de Dios reconocer que ser humilde no es sólo algo así como una actitud que se puede mostrar (que también) sino que es esencial y fundamental para que Dios nos contemple con Amor y Misericordia.




JESÚS, ayúdanos a ser mansos y humildes como lo eres Tú.




Eleuterio Fernández Guzmán


11 de diciembre de 2018

¿Somos ovejas perdidas?



Mt 18,12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños’”.

COMENTARIO

Ser oveja perdida

En muchas ocasiones somos como aquella oveja que se le perdió al pastor. Yendo por donde bien nos parece sin tener en cuenta la voluntad de Dios, actuamos como si no fuera la misma no fuera importante para nuestra vida.


Dejar encontrarse por Dios

El Creador siempre nos busca. Nos ama como lo mejor de su creación y, por eso mismo, en cuanto siente que nos hemos perdido hace todo lo posible para atraernos a su regazo de Padre.


No dejarse perder

Tenemos, sin embargo, una labor importante que hacer a lo largo de nuestra existencia. No podemos dejarnos dominar por el mundo como si no fuera importante seguir la voluntad de Dios. Así Dios no tendrá que salir a buscarnos.
  



JESÚS, siempre quieres que sigamos aquello que el Creador quiere para nuestra vida. Ayúdanos a no olvidarnos de algo tan importante como eso.





Eleuterio Fernández Guzmán


10 de diciembre de 2018

La cerrazón y la fe

Lc   5, 17-26

“17 Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. 18 En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. 19 Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. 20 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: ‘Hombre, tus pecados te quedan perdonados’. 21 Los escribas y fariseos empezaron a pensar: ‘¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?’» 22 Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: ‘¿Qué estáis pensando en vuestros
corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’"? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, - dijo al paralítico -: ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’. 25 Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: ‘Hoy hemos visto cosas increíbles’”.


COMENTARIO

Es de imaginar que el Hijo de Dios, durante el tiempo en el que predicó la Palabra de Dios, tuvo que encontrarse con muchos casos como el del paralítico, sus amigos y los que no acababan de entender lo que allí estaba pasando. Y es que había muchos que no eran capaces de comprender lo que era la misericordia y por eso le echaban en cara, aún sin decírselo, que dijera el Maestro que podía perdonar los pecados. Sin embargo, podía porque era Dios hecho hombre y eso le daba el poder que el Todopoderoso tenía. Y tampoco nos extraña que hubiera muchos que creyesen que acababan de ver cosas increíbles porque no era poca cosa que una persona que era paralítica fuera capaz, de repente, de levantarse, coger su camilla e irse a su casa con ella o dejándola allí mismo.

JESÚS, ayúdanos a tener la confianza de aquellos amigos del paralítico y del paralítico también.

Eleuterio Fernández Guzmán