20 de mayo de 2017

Una verdad grande


Sábado V de Pascua
Jn 15,18-21

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado’”.

COMENTARIO

Bien podemos decir que lo que dice hoy Jesucristo es bien grave. Es decir, que nadie crea que sus discípulos van a ir caminando por el mundo con una seguridad que el mundo no quiere darles.

Nosotros no somos del mundo. Y eso sólo puede querer decir que somos de otro sitio, de otro lugar. Y es que el Hijo de Dios sabe que somos del Cielo y que al Cielo debemos ir cuando muramos. Ahora bien, eso no es tan fácil ni se nos da porque sí.

El caso es que no podemos creer que somos más que Jesucristo. Pensar eso y actuar como si fuera verdad no traerá, sino, malas consecuencias. Nosotros somos nada si nos vemos con relación a Dios o al mismo Maestro.


JESÚS, ayúdanos a comprender qué somos.



Eleuterio Fernández Guzmán

19 de mayo de 2017

Mandamiento nuevo y viejo

Viernes V de Pascua

Jn 15,12-17

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros’”.

COMENTARIO

El mandamiento del amor que Jesús da a los que, entonces, le escuchan, pudiera parecer algo nuevo. Sin embargo, como dijo en más de una ocasión, no había venido a derogar la Ley de Dios sino a hacerla cumplir. Y eso es lo que hacía.

El caso es que el Hijo de Dios no toma a sus hermanos los hombres por siervos. Y eso quiere decir que los ama con un Amor grande, con mayúscula. Y tal amor es que quiere para los demás, aquellos que le siguen porque confiesan que es Quien Dios ha enviado al mundo.

Y, es más. Si hay algo importante saber es que no podemos creer que seamos nosotros, con nuestra supuesta “bondad”, los que hemos escogido a Dios. No. Ha sido el Padre quien, por su santa voluntad, sabe a quién debe llamar. Otra cosa es que quien haya sido llamado escuche o no escucha la llamada.

JESÚS, ayúdanos a pedirte con verdadera fe.


Eleuterio Fernández Guzmán

18 de mayo de 2017

Permanecer en el amor de Cristo


Jueves V de Pascua

Jn 15,9-11

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado’”.

COMENTARIO

Lo que dice Cristo en este texto del Evangelio de San Juan es tan importante que encierra, tiene, muestra, qué es lo que debemos hacer y llevar a cabo para amar, verdaderamente, a Quien entregó su vida por cada uno de nosotros.

Guardar los Mandamientos. Esto lo dice Cristo algunas veces. Y lo dice porque sabe que es crucial en la vida de cada uno de sus discípulos. Y es que hacer otra cosa es no mostrar lo que debemos ser como hijos de Dios.

El caso es que permanecer en el amor supone hacer lo mismo en el de Dios Padre Todopoderoso. Por eso nos dice que Él permanece en el amor del Creador y que a nosotros nos conviene, muy mucho, hacer lo mismo.


JESÚS, ayúdanos a permanecer en tu amor siempre, siempre, siempre.



Eleuterio Fernández Guzmán

17 de mayo de 2017

Vid y sarmientos

Jn 15, 1-8


“’Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto,  lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia,          para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo,                      si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
        
COMENTARIO

Cristo sabe que nosotros, sus discípulos, no somos seres humanos que dependemos de nosotros mismos para llevar una vida espiritual. No. Nosotros formamos parte de una imagen que utiliza en este texto bíblico y que nos dice mucho.

Nosotros somos parte de la viña que es Dios mismo. Y, como sarmientos, dependemos del alimento que nos da el Padre. Y si, por alguna de esas cosas que pasan, nos desviamos del camino que lleva a su definitivo Reino, Él corta aquello que nos sobra. Y así damos más fruto porque hemos sido sanados y limpiados.

Sin embargo, existe la posibilidad de que quien no quiera dar fruto por negligencia o por tibieza lo pase mal, muy mal. Y es que, entonces, será podado y echado al fuego. Y eso sólo puede referirse al fuego del Infierno.


JESÚS, ayúdanos a ser fieles discípulos tuyos.

Eleuterio Fernández Guzmán


16 de mayo de 2017

Algo de lo que es extraño alegrarse

Jn 14, 27-31

“Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.      No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros.’ Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.  Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado.      Levantaos. Vámonos de aquí.”
       

COMENTARIO

No podemos negar que Cristo les pide a sus Apóstoles que tengan mucha confianza en su persona y que crean todo lo que les está diciendo. Por eso habla acerca de lo que le va a pasar y por lo que ellos no se deben entristecer más de lo necesario.

Jesús sabe que va a morir y que va a ir al Padre. Por eso está exultante. Ellos, sin embargo, no acaban de comprender que eso tenga que ser así y su corazón se acaba turbando. Pero el Hijo de Dios le pide confianza en lo que les está diciendo.

Jesús avisa de algo más que grave: va a ser enviado al mundo Satanás. Y eso sí debe preocuparles. A Él, claro está, no le va a afectar pero sí a los que en el mundo habitan. Y deben, entonces, mantener una mayor confianza en lo que les está diciendo.

JESÚS, ayúdanos a mantener firme la confianza en tu persona.


Eleuterio Fernández Guzmán

15 de mayo de 2017

Guardar los Mandamientos de Dios

Lunes V de Pascua

Jn 14,21-26

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: ‘El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él’. Le dice Judas, no el Iscariote: ‘Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?’. Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho’”.

COMENTARIO

Lo que dice Jesucristo en este diálogo es de una gran importancia porque manifiesta lo que es crucial sea conocido, aprendido y llevado a la práctica. Los Mandamientos de la Ley de Dios no están puestos para ser adorados sin más sino para ser cumplidos.

Hay algo que es muy importante que nunca deberíamos olvidar: guardar la Palabra de Dios. Y eso supone, sobre todo, llevarla a la práctica pues no se puede referir el Hijo de Dios a guardar en el sentido de no tener en cuenta sino esconderla…

Lo que apunta aquí Jesucristo es que lo que dice no es cosa suya sino que es de Dios mismo. Y aunque nosotros eso lo sepamos hoy día, aquellos que entonces escuchaban aquellas palabras no acababan de entenderlas.

JESÚS,  ayúdanos a aceptar la Palabra de Dios como nuestra.



Eleuterio Fernández Guzmán

14 de mayo de 2017

Domingo, 14 de mayo de 2017-Cristo Camino, Cristo Verdad, Cristo Vida



Jn 14, 1-12

“‘No se turbe vuestro corazón.  Creéis en Dios: creed también en mí.   En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho;  porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.’ Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’ Le dice Jesús: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.  Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.’  Le dice Felipe: ‘Señor, muéstranos al Padre y nos basta.’ Le dice Jesús: ‘¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.  Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.  Al menos, creedlo por las obras.  En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún,  porque yo voy al Padre.’”

COMENTARIO

Cuando Jesús comunica, ya por última vez, qué le va a pasar, hay muchos de sus Apóstoles que se preocupan mucho. Ellos aún no han acabado de comprender lo de la resurrección y, por eso, manifiestan no pocas dudas.

Jesús, sin embargo, sabe que ellos creen en Dios Todopoderoso y que, como miembros del pueblo elegido por su Padre, están preparados para cambiar su corazón. Por eso refiere su relación con el Creador.

Cristo es, como dice en este texto bíblico, el Camino, la Verdad y la Vida. Ellos deben, por tanto, seguir aquel Camino, tener en cuenta aquella Verdad y acogerse a aquella Vida. Sólo así alcanzarían la vida eterna.

JESÚS, ayúdanos a seguirte siempre.



Eleuterio Fernández Guzmán