27 de noviembre de 2017

La importancia de lo pequeño hecho con fe


Lc 21, 1-4

“1 Alzando la mirada, vió a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; 2 vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, 3 y dijo: ‘De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. 4 Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir.’”

COMENTARIO


No es nada extraño que Jesús, cuando iba al Templo de Jerusalén (o, imaginamos, que a cualquier otro) pasara tiempo mirando a las personas que acudían allí a orar y a dirigirse a Dios. Y es que era una buena manera de buscar algún tipo de enseñanza.

Las ofrendas eran muy tenidas en cuenta por la sociedad judía. Queremos decir que se admiraba, con toda seguridad, a quien mucho echaba en el arca del Tesoro. Pero había quien no podía echar mucho y, como en el caso de aquella viuda, poco podía ofrecer.

Sin embargo, las cosas no eran como podían parecer. Y es que había muchos que, por ser ricos, echaban aquello que les sobraba. Pero aquella viuda echó no lo que le sobraba sino lo que le había falta para comer. Y aquello era admirable para Jesús.

JESÚS,  ayúdanos a no ser rácanos en la fe.


Eleuterio Fernández Guzmán

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