1 de octubre de 2017

Lo que Dios quiere para nosotros


Mt 21, 28-32

"En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes: '¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo, vete hoy a trabajar en la  viña’. Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue.

'¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?'. 'El primero', le dicen. Díceles Jesús: 'En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en Él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en Él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en Él'".



COMENTARIO

Este texto del Evangelio nos muestra hasta qué punto podemos llegar a mentir a Dios. Y Jesucristo, como podemos imaginar, no quería que eso sucediera. Por eso pone sobre la mesa el caso de aquellos hijos que no querían, en el fondo, hacer lo que quería su padre.

Uno de ellos dice sí, pero luego es no; el otro, dice no pero, al final es sí. Por eso, Cristo pregunta sobre quién hace lo que debe hacer siendo, el segundo de ellos, quien ha hecho lo correcto. Se ha corregido, arrepentido.

Le sirve esto, al Hijo de Dios, para hablar de lo que, verdaderamente, importa que no es otra cosa que comprender la voluntad de Dios y creer que es verdadera y cierta para la vida de un hijo suyo. 



JESÚS, ayúdanos a aceptar lo que Dios quiere para nosotros.



Eleuterio Fernández Guzmán

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