11 de abril de 2017

Lo dura que es la verdad

Martes Santo
Jn  13,21-33.36-38

En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: ‘En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará’. Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: ‘Pregúntale de quién está hablando’. Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: ‘Señor, ¿quién es?’. Le responde Jesús: ‘Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar’. Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: ‘Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: ‘Compra lo que nos hace falta para la fiesta’, o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche. 

Cuando salió, dice Jesús: ‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros’. Simón Pedro le dice: ‘Señor, ¿a dónde vas?’. Jesús le respondió: ‘Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde’. Pedro le dice: ’¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti’. Le responde Jesús: ‘¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces’”.

COMENTARIO

En aquella situación especial, la Última Cena, Jesús ni puede ni quiere esconder nada. Ha llegado el momento crucial de su vida y eso le da fuerzas. Por eso dice aquello tan terrible de que hay alguien de entre ellos que lo a entregar.

Ellos no entendían nada de lo que estaba pasando. Incluso creen que Judas sale de allí para comprar… Y es que aquellos discípulos aún tenían que pasar por momentos duros y difíciles para comprender muchas de las cosas que ahora se les escapaban.

Y Pedro. Aquel hombre que decía que lo daría todo, hasta la vida, por su Maestro y Señor. Pero Jesús, que conoce perfectamente a quien había escogido como el primero entre iguales, sabe que lo va a traicionar. Y, en efecto, lo traicionó.


JESÚS, ayúdanos a no dudar nunca de Ti.


Eleuterio Fernández Guzmán

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