9 de septiembre de 2016

Lo que creemos que somos


Viernes XXIII del tiempo ordinario
Lc 6,39-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: ‘¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano’”.

COMENTARIO

La enseñanza de Jesús llega siempre al centro de la verdad de las cosas. Y es que conoce bien la naturaleza humana y hasta qué punto estamos equivocados, incluso, al respecto de nosotros mismos. Y eso es lo que hace hoy con algo esencial.

Jesús se pone de ejemplo. Y eso no es nada extraño porque el Maestro ha de enseñar a sus discípulos. Por eso nos dice que no debemos querer por encima de Él porque eso es, además de absurdo, algo ridículo.

Pero Cristo también nos dice algo muy importante: debemos tener en cuenta cómo somos nosotros antes de querer corregir al prójimo. Antes saber si fallamos… luego decir lo que debamos decir.


JESÚS, ayúdanos a darnos cuenta de nuestros defectos


Eleuterio Fernández Guzmán

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