17 de octubre de 2015

Ponerse del lado de Cristo

Sábado XXVIII del tiempo ordinario


Lc 12,8-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Yo os digo: Por todo el que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios. Pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. A todo el que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

‘Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir”.

COMENTARIO

Saber lo que nos conviene

Jesús, que vino al mundo a salvar al mundo, conoce perfectamente qué es lo que el hombre, el ser humano, debe hacer para salvarse. Y por eso pasa su vida llamada pública diciéndolo de muchas formas. Y nos conviene tener a Cristo por hermano y por Dios y no negar tan gran verdad.

Saber lo que no nos conviene

Hay, sin embargo, algo que nunca debemos hacer si sabemos lo que nos conviene: tener a Cristo no por hermano e Hijo de Dios, Dios mismo hecho hombre, sino por un hombre bueno pero nada más. Eso es actuar directamente contra el Creador y eso no lo puede tomar a bien el Todopoderoso.

Dejarlo todo en manos del Espíritu Santo

De sobra sabía Jesús que sus discípulos iban a ser perseguidos como lo estaba siendo Él. Sin embargo, entonces, nada debería preocuparlos porque sería el Espíritu Santo, que enviaría al subir a la Casa del Padre, quien hablaría por ellos.


JESÚS, ayúdanos a tener siempre en cuenta la voluntad de Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

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