22 de octubre de 2015

Estar del lado de Cristo

Jueves XXIX del tiempo ordinario

Lc 12,49-53

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra’”.

COMENTARIO

Lo que había venido a hacer Jesucristo al mundo era algo que no todo el mundo iba a comprender. Es más, había muchos a los que no les convenía comprenderlo porque supondría tener que cambiar demasiado.

En realidad, Dios había enviado a su Hijo a que incendiara el mundo. Eso, exactamente, quería decir que había mucho que debía ser quemado para ser purificado: las intenciones, acusaciones, odios… Por eso la labor de Jesús fue tan dura: debía hacer mucho en poco tiempo.

Lo que dice Jesús es verdaderamente terrible. Y es que dentro de las propias familias también iba a haber división. Y eso no es nada de extrañar porque unos estarían a su favor, seguirían sus indicaciones y otros lo estarían en contra.


JESÚS, ayúdanos a estar siempre a tu lado y de tu parte.



Eleuterio Fernández Guzmán

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