28 de agosto de 2015

Prepararse


Jueves XXI del tiempo ordinario


Mt 24,42-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes’”.

COMENTARIO


Jesús era más que consciente que la misión que había venido a cumplir al mundo consistía en salvar al ser humano y que el mismo pudiera gozar de la vida eterna. Y, para ello, debía avisar de cómo alcanzar tan gozosa realidad espiritual.


En general les dice a los que le escuchan que deben prepararse. Deben estar preparados siempre porque Dios no les dirá, por ejemplo, “mañana te llamo a mi Reino” sino que llamará cuando crea oportuno llamar y no avisará. Por eso la preparación ha de ser continua.


Lo que Cristo les quiere decir es que la preparación tiene una gran ventaja y es que, cuando Dios llame a quien quiera llamar y cuando quiera llamarlo esperará que se esté preparado. A quien no lo esté le espera un destino más que malo y negro: la condenación eterna.


JESÚS,  ayúdanos a estar preparados para ser llamados por Dios.



Eleuterio Fernández Guzmán

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