2 de agosto de 2015

El Pan vivo bajado del Cielo


 Domingo XVIII del tiempo ordinario


Jn 6,24-35

En aquel tiempo, cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: ‘Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?’. Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello’. 

Ellos le dijeron: ‘¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?’. Jesús les respondió: ‘La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado’. Ellos entonces le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: ‘Pan del cielo les dio a comer’’. Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed’”.


COMENTARIO

¡Qué terrible y triste verdad sale de la boca de Cristo! Como conoce perfectamente el corazón de sus hermanos sabe que lo buscan más por lo material que por lo espiritual siendo esto segundo lo más importante.

Sin embargo, Jesús se repone pronto a tan gran decepción. Sabe que debe aprovechar todos los momentos para enseñar que hay algo más que un trozo de pan o un pescado abundante y gratis. La vida eterna es lo que ha de dar a conocer.

Es Jesús el pan del Cielo. Dios lo ha enviado para que quien lo coma y crea en Él se salve y se salve para siempre, siempre, siempre. Por eso Jesús les dice a los que entonces le escuchan que ni tendrá hambre quien crea en su persona ni tendrá sed.

JESÚS, ayúdanos a creer siempre en Ti, pan del Cielo bajado del Cielo.


Eleuterio Fernández Guzmán



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