23 de junio de 2015

La puerta estrecha de la Ley de Dios

Martes XII del tiempo ordinario


Mt 7,6.12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran’”.


COMENTARIO

Jesús, a lo largo de su predicación, enseñó lo que era bueno y mejor para el ser humano. El caso es que en materia de fe hay un principio básico que vale para todo lo que el creyente tenga que tener en cuenta.

Hacer lo que queramos que se nos haga. Tal es el principio que ahora enseña Jesús. Es tan elemental que pudiera parecer que no hacía falta que lo enseñara. Sin embargo, si así lo hace es porque no se debía tener por bueno y verdad.

Es más. Jesús aprovecha para enseñar algo que es esencial: entrar en el Cielo no es cosa fácil. Es más, es conveniente entrar por la puerta estrecha que ha de querer decir que seguir los mandatos de Dios no son fáciles de seguir si llevamos una vida mundana.


JESÚS, ayúdanos a aplicar en nuestra vida tus santas palabras.


Eleuterio Fernández Guzmán

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