17 de mayo de 2014

Permanecer en Cristo

Sábado IV de Pascua




Jn 14,7-14


"En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 'Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto'. Le dice Felipe: 'Señor, muéstranos al Padre y nos basta'. Le dice Jesús: '¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. 'Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré'".


COMENTARIO

Conocer a Cristo es esencial para un discípulo suyo.  Por eso Jesús lo dice muchas veces pues sabe que nos conviene tenerle presente siempre en nuestra existencia. 

Algunos dudan de que Jesús sea quien es. Sin embargo, sabe que es porque aún no han acabado de comprender que Él está en el Padre y el Padre, Dios, en Él mismo. Sabe que aún les queda mucho por entender y sigue enseñándoles.

Jesús nos pide que pidamos. Orando a Dios seremos escuchados siempre que lo pidamos en su nombre pues el Padre siempre escucha lo que a su corazón llega de parte de su amado Hijo. 




JESÚS, quieres que estemos siempre contigo y que te tengamos en nuestro corazón. Ayúdanos a cumplir, siempre, con tus expectativas. 


Eleuterio Fernández Guzmán

16 de mayo de 2014

Camino, Verdad y Vida





Viernes IV de Pascua



Jn 14,1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino’. Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’. Le dice Jesús: ’Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí’”.


COMENTARIO

Dice Jesús, seguramente, lo más importante porque nos lleva a Dios.

Cristo es Camino

Es camino porque, a través de Él, Hijo de Dios, llegamos al Padre que nos espera. Es, pues, ejemplo de lo que hay que hacer y decir.

Cristo es Verdad

Es Verdad porque es la Palabra hecha carne. Por eso, conociendo la Palabra conocemos al Padre y llegamos al Señor.


Cristo es Vida

Es Vida porque el Hijo de Dios es la Vida Eterna. Con Él, aceptándolo y teniéndolo como Vida misma, aceptamos en nuestra vida la necesidad de salvación que, por cierto, Él nos ofrece con su propia Vida.



JESÚS,  todo lo que nos dices tiene el sentido pleno de querer que nos salvemos. Ayúdanos a seguirte como Camino, a aceptarte como Verdad y a tenerte como Vida.




Eleuterio Fernández Guzmán


15 de mayo de 2014

Ser como Dios quiere que seamos




Jueves IV de Pascua


Jn 13,16-20

Después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: ‘En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: el que come mi pan ha alzado contra mí su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado’”.


COMENTARIO

En aquel momento crucial de la vida de Cristo y de la humanidad misma era muy importante que comprendiesen, aquellos que le escuchaban, lo que era importante para ellos. Cumpliendo lo escuchado, llegarían hasta donde todos querían llegar: la vida eterna.

No ser más que el Maestro no es cosa a no tener en cuenta pues Jesús sabía que, a lo mejor, alguno de ellos querían superarlo en algo. Eso, claro está, era imposible pero podría hacer en soberbia a quien eso pretendiese.

Debían saber que era crucial para su espíritu tener en cuenta que quien acogía a uno que era enviado en su nombre era como si se le acogía a Él mismo y, claro, a Dios, Creador y Padre. Era como aceptar a Quien el Todopoderoso había enviado al mundo para que el mundo no pereciera para siempre.

JESÚS, cuando en aquella Última Cena aconsejas lo bueno y mejor para aquellos que te escuchan, esperas ser escuchado. Ayúdanos a no tener, aquello, como no sucedido y no dichas tus palabras.




Eleuterio Fernández Guzmán


14 de mayo de 2014

Mandamiento nuevo



Jn 15,9-17

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 

Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 

No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros’”.

COMENTARIO

Guardar los mandamientos de Dios

Jesús, que sabe que es muy importante que se reconozca la voluntad de Dios no deja de recomendar que los mandamientos de la Ley de Dios han de conservarse en el corazón y aprender de ellos. Guardarlos, en suma.

Amarse los unos a los otros

Un Mandamiento nuevo nos da Cristo: amarnos los unos a los otros. Pero no hacerlo de cualquiera forma sino como Él nos amó. Con un amor así se reconocerá, fácilmente, que somos discípulos suyos.


Es Dios quien elige y escoge

No es posible tener por bueno que somos nosotros quienes escogemos a Dios en nuestra vida. Es el Creador Quien escoge a quien quiere elegir y, luego, espera nuestra respuesta.


JESÚS, nos amas con todo tu corazón. Y eso quieres que hagamos nosotros con nuestro prójimo. Ayúdanos a no ser egoístas y guardarnos el amor en el corazón.



Eleuterio Fernández Guzmán


13 de mayo de 2014

Creer a Cristo



Martes IV de Pascua


Jn 10,22-30

Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: ‘¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente’. Jesús les respondió: ‘Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno’”.


COMENTARIO

Por mucho que Jesús explicara a qué había venido al mundo y por mucho que demostrara que sólo el Enviado de Dios podía resucitar muertos o hacer lo que hacía, había, entre sus contemporáneos, muchos que no le creían.

Explica, muchas veces, que lo que hace lo hace porque es el Padre quien le dice que lo lleve a cabo. Por eso aquellos que sí creen en Él lo siguen y tienen confianza en su persona y obra.

Sin embargo, muchos, a lo mejor, creían que podían, por ejemplo, hace que nadie le siguiera. Estaban equivocados del todo pues cuando Dios escoge a alguien no hay poder humano que pueda contradecirlo.







JESÚS, aquellos que te escuchaban, muchos, no estaban seguros de que eres el Hijo de  Dios. Ayúdanos a no ser como aquellos que tanto dudaban de Ti.




Eleuterio Fernández Guzmán


12 de mayo de 2014

Cristo, Buen Pastor



 Lunes IV (A) de Pascua


Jn10,11-18

En aquel tiempo, Jesús habló así: 'Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre,
porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre'”.



COMENTARIO

Este texto del Evangelio de San Juan es rico en avisos por parte de Jesús. Nos dice aquello que nos conviene porque sabe que es importante que lo sepamos. Como, por ejemplo, que es quien Dios envío para guiar al pueblo elegido por el Creador. Otros, sin embargo, no han sabido guiarlo.

Dios, Cristo conoce a todos sus hijos-hermanos. Por eso escoge a los que quiere para que le sigan. Es bien cierto que, luego, podemos seguirlo o no seguirlo pero, a la hora de verdad, no somos nosotros quienes elegimos a Dios sino el Todopoderoso quien nos elige a nosotros.

En este texto Jesús avisa acerca de la muerte que va a tener. Dará la vida porque quiere darla y no porque el ser humano malvado quiera arrebatársela. Y la vida, la suya, la recobrará porque es voluntad de Dios que así sea.


JESÚS, eres el Pastor Bueno, Aquel que Dios envió para quiera al pueblo del Creador. Ayúdanos a no olvidar que debemor ir por donde Tú digas que debemos ir.




Eleuterio Fernández Guzmán


11 de mayo de 2014

Sólo se entra a la vida eterna por Cristo






Domingo IV (A) de Pascua


Jn 10,1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús: 'En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños'.

Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: 'En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia'”.



COMENTARIO

Seguramente había, en tiempos de Jesús, quien creía que al Cielo, a la vida eterna anhelada, se podía entrar de muchas formas. Por eso practicaban la fe según les convenía.

Jesús sabe que sólo por Él, Hijo de Dios y Enviado por el Padre al mundo para que fuese salvado, se entreba en el definitivo Reino de Dios. Por eso siempre recomendaba encarecidamente que se le siguiera.

Aquellos que habían venido en el nombre del Padre pero sin haber sido enviados sólo pretendían hacerse con un botín espiritual que no les correspondía. Sin embargo, hubo muchos que no les escucharon y sí escucharon a Jesús.



JESÚS, sólo Tú eres en Enviado de Dios. Muchos, en tus días en el mundo, no lo comprendieron. Ayúdanos a tenerlo, siempre, porque lo es, por verdad.




Eleuterio Fernández Guzmán