Martes XXIV del
tiempo ordinario
Lc
8,19-21
“En
aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba,
pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: ‘Tu madre y
tus hermanos están ahí fuera y quieren verte’. Pero Él les respondió: ‘Mi madre
y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen’".
COMENTARIO
Seguramente la Virgen María
y los parientes de Jesús tenían por cierto y verdad que, con su predicación,
estaba alterando el corazón de muchos poderosos y que eso nada bueno le podía
traer. Por eso van a buscarlo.
Sin embargo, a pesar de
los poderosos de su tiempo, había muchos que querían escuchar lo que decía
aquel Maestro. Por eso a María le cuesta llegar hasta donde está, a primera
fila, para llevárselo de allí.
Jesús, sin embargo, tiene
más que claro que es lo que piensa. No es que desprecie a su madre, la Madre,
sino que sabe que hay un vínculo con Dios que es, incluso, superior al que le
une con la mujer que le trajo al mundo. Y a tal vínculo hay que escuchar.
JESÚS,
los que te siguen han de saber que oyen y hacen, escuchan y llevan a su
corazón. Ayúdanos a ser de los que, en verdad, oyen y hacen, escuchan y llevan
al corazón.
Eleuterio Fernández Guzmán
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