14 de junio de 2014

Más sobre la Ley de Dios



Sábado X del tiempo ordinario

Mt 5,33-37

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído también que se dijo a los antepasados: ‘No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos’. Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: ‘Sí, sí’; ‘no, no’: que lo que pasa de aquí viene del Maligno’”.

COMENTARIO

Jesús continúa su enseñanza sobre la verdadera Ley de Dios o, mejor, sobre el sentido correcto de la Ley de Dios. Tiene mucho que hacer para que aquellos que le escuchan comprendan que el sentido que le habían dado los maestros de la Ley o los sabios judíos no era el correcto según la voluntad del Creador
.
No es posible poner a Dios por testigo de nuestras iniquidades. El Creador, por tanto, no gusta de ser utilizado de forma espuria por el ser humano que, demasiadas veces, hace de su capa un sayo y, en general, usa del Todopoderoso como mejor le viene.

Jesús dice algo que es muy importante. No gusta de la tibieza, como tampoco Dios. Por eso es conveniente que donde sea sí lo sea y donde sea no, también lo sea. La Ley de Dios no admite tergiversaciones o manipulaciones y el Hijo de Dios así lo hace ver.

JESÚS, tu  voluntad es que conozcamos hasta dónde llega la Ley de Dios. Ayúdanos a tener eso, siempre, en cuenta.



Eleuterio Fernández Guzmán


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