30 de abril de 2014

Es que Dios envío a su Hijo único



Miércoles II de Pascua

Jn 3,16-21

En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: ‘Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios’”.


COMENTARIO

Creer en Cristo

La conversación entre Jesús y Nicodemo está dando mucho de sí. Ahora el Hijo de Dios siembra en su corazón la verdad según la cual hay que creer en Él pues es el enviado del Creador al mundo.


Saber qué nos conviene

En realidad, Jesús, que sabe lo importante que es creer en Él le dice a Nicodemo algo que es muy importante: le conviene/nos conviene creer en Él pues, de otra manera, no ser salvará ni él ni nadie que no crea en el Hijo de Dios. Y eso, en verdad, nos conviene mucho.




Querer a Dios

Lo que es más importante para Jesús y, así, para nosotros mismos, es tener a Dios por Padre y Creador nuestro. No podemos hacer otra cosa que amar con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma a Quien nos dio la vida y nos mantiene. Otra cosa no vale la pena.



JESÚS, tantos nos amas que nos dices aquello que es esencial para nosotros. Ayúdanos a no hacer oídos sordos a tus palabras.





Eleuterio Fernández Guzmán


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